Colores y música
Los amaneceres cual beso epifánico
besan mis ojos cansados de palabras
colores que surgen de la música clásica
escuchada en la total oscuridad.
El negro más negro que la oscuridad
que surge del piano.
El plata que brota iridiscente de los instrumentos de viento.
El amarillo deslucido de los violines
desportillado en filigranas de vida
como puerta de colmado cerrado.
El azul principesco de los tenores
elevando las aguas del mar
hasta un cielo dormido.
El opaco violeta rasgando la selva de ideas
de los violonchelos/violas/contrabajos
chirriantes como animales heridos en su huida.
El blanco cegador de la voz de la soprano
como una explosión nuclear
que lava la fealdad y la suciedad de la faz de la Tierra.
La noche se desplaza como áspid buscando las manos de Cleopatra
La belleza del momento debe morir
cuando logro aislarla antes de gozarla
se desvanece por ensalmo divino.
Porque no debemos olvidar jamas
que ni la música ni la poesía
de su gama de colores
pueden convertirnos en Dioses.
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