Tajadas
Las paredes son de escamas de pútrido pescado. Grises acerados con aristas purpuras. La bañera volcánica acoge mi dolorido cuerpo. ¿3 días de alcohol y sustancias? ¿Y está pulsera de hospital? Pica todo el cuerpo como si el agua fuera una colonia de pulgas. Botella de hierbas y un camel. Calma. Calma infinita. Cerca de la muerte, la vida es un picor despertando la sangre contaminada. Pronto sonará el móvil. Guardia civil, pásese o iremos a buscarlo. Los bares son ahora como farmacias, sino eres guiri, claro. Los dueños tienen alma de tenderos de peli del oeste. A mi me gustan los bares de mineros en Alaska. O de camareras rusas de tanga y tatuaje trasero. Cada Mahou un pase al paraíso. Cada tres un chupito Jägermeister helado, gratis. Hasta el clic de la tontería. Tendré que cambiar de zona por unos días. Que pase el temporal ruso..., ostras ¿y las brasileñas de las cuevas? Ni me acordaba. Igual ellas tampoco recuerdan la última bronca con el Choricitos mallorquín. ¿Ande andará ?
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