Cuando se cruza echar unas risas.
A bocaditos con la realidad se reconcilia uno con la cercana humanidad. Partiendo de la grandiosidad del monte en una mañana de cielo límpido, sol guerrero que emerge con ímpetu abrigando al tembloroso labrantío y al remozado pinar tras la noche fría. Ni el vibrar de las voces en alta camaradería de un numeroso grupo celebrante de guardia civiles rurales puede perturbar nuestra ceremonia de almorzar un buen par de bien fritos huevos, cada par con su elegido avio. Luego viene el "txiquiteo" o "poteo" ribereño. De un pueblo a otro probando sus pinchos y recordando aquellas lejanas fiestas de juventud llenas de anécdotas. Sí paras en Rueda hay que parar en Lumpiaque, si bajas a Bardallur hay que preguntar por el amigo. Amigo al que su madre protege su siesta con el coraje de un almogavar presto a entrar en combate. Otra vez será.
Lucena con su bar donostiarra. Calatorao con el mejor pincho de rebozo casero de bacalao y simpática joven mesera. No hace falta dar el nombre; su calidad a buen precio lo vocea de boca en boca. Todo esto hablando de todo un poco; humano el sentir sin máscara ni refajo, a calzón quitado, la edad nos ha quitado las vergüenzas y las mentiras no tienen cabida ni lugar.
Embarullados en política, inevitable su pérfida presencia; en un lío de rotondas, llegamos a La Almunia de Doña Godina. Quizás por ese glamour de falsa grandeza recibimos el peor trato y las frías e insípidas croquetas. Callamos y pagamos, nos vamos de vuelta. En el Clapton bebemos bajo la supervisión de San Bowie que Alejo dibujo a tinta china. Al joven camarero le cuenta mi amigo la curiosa anécdota de cuando actuó Ramoncin en el pueblo. Cual fue su sorpresa al ver pasar a R. "La marchosa" en su vespino y el susodicho rey del pollo frito corriendo detrás. Risas y al mercadillo navideño. Buen rollo. Buena música a cargo de Limpios Jazzeados que lo mismo te deleitan con Police que con Sabina. Muchos niños jugando y escapando de sus jóvenes y bellas madres. Como es una especie de Rastro hay de todo. Hacemos el obligado recorrido y cada cual compra su necesidad. A la churrería y a casa; cada mochuelo a su olivo. Como debe ser.



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