LIBERTAD
Siempre he mantenido un debate interno sobre el tema de la libertad individual o la búsqueda colectiva de una sociedad libertaria. Nunca comprendí el apoyo sin fisuras a los presos. ¿Cómo voy a poner mis energías al servicio de personas que violan, roban o asesinan? Sí, en un pasado era necesario cierto enfrentamiento con la patronal y con el Estado que tenía pistoleros a sueldo eliminando obreros libertarios. Pero, ¿Ahora? Sería una paradoja surrealista que defendiera a un preso que a punta de navaja me ha robado la cartera. O violado a una sobrina, amiga. Ahora vivimos la efímera efervescencia presencial de un comunismo chachi pirulí que caminando por las nubes del absurdo promete un país económicamente inviable. Totalmente, liberticida.
Un ejemplo:
¿Tendrán los grandes bemoles de arrancar su mascota a un sin techo?
Seguramente. Comunismo y humanidad nunca se llevaron bien.
La libertad, ese amplio espectro anímico que tanto cuesta conseguir, no te la da ninguna Constitución, ni gobierno de izquierdas. La libertad, bueno, la LIBERTAD; tienes que sentirla desde el despertar de cada día hasta el instante de muerte que te libere de las bajezas humanas. Ser capaz de vivir en una cueva en la montaña como si vivieras en un palacio. Pobre, pero con un corazón de platino. Respirando la poesía de la Naturaleza y el silencio cósmico de haber nacido humano y desnudo.
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