Livianos pesares.
Si las buscas
encuentras alas
para los pesares.
Siempre encima
livianos cual tela de araña.
El reloj completó
miles de círculos
trayendo el perdón.
Ni alzas ni bajas la cabeza
cuál ciervo en berrea.
Mantienes la mirada recta
sin guiños a la mentira
sin intentar teñir
las canas del alma añeja.
Ya nada es igual
ni las calles, ni las músicas, ni las gentes.
¿Y qué?
Evoluciona al compás del ritmo
con que respira
este loco mundo.
Tómate una dosis de frescura
donde habitan los fantasmas
de tus absurdos miedos.
Estos tiempos
traerán otros
alfombrados de rosas y espinas.
Firmes quizás risueños
esperaremos la espada
sin otra pared que los sueños.
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