Doña Mercedes.


 • Mercedes nació en San Sebastián. A los 15 años debutó bailando con su hermana Esperanza. A los 17 aterrizó en Valencia formando parte del elenco selecto de vedettes del cabaret Ba-ta-clan.1933. A principios de los años 40, con la ayuda económica de un empresario valenciano, instaló el mítico Mocambo, céntrico cabaret situado en el Pasaje de la Sangre. 

• Rafael Vigata Casinos era un dandi de descapotable Hispano Suiza y guantes amarillos. Sombrero ladeado y traje a medida. Whisky en una mano y rubio sin filtro en la otra. Representante de la factoría familiar Talleres Vigata que despegó fabricando bombas para el bando nacional. Ahora se dedicaban a volquetes para camiones y aperos agrícolas. Oveja negra y preferido de su madre. Flaco de porte desgalichado pero enérgico. Pertenecía al bando de los triunfadores. Eso daba mucha seguridad y entereza. En la guerra fue asistente-enlace de un general nacional. Llevando órdenes por las trincheras manchó más de una vez los pantalones. Se convirtió en alcohólico y aficionado a quitarse el tembleque con opiáceos.

• Mercedes y Rafael fueron amantes. 

• En el año 1960 Mercedes fue mi madrina de bautizo. No recuerdo a mí padrino; si lo llegué a tener. Igual fue el ya convertido en Don Rafael. Dada su actitud solitaria y silenciosa nunca tuve esa certeza. 

• En sus visitas Doña Mercedes, ya propietaria del rango, traía a la finca regalos para todos. Generalmente productos de sus viajes: colonias, camisas de hilo filipino, utensilios de cocina, juguetes para su ahijado. 

Una vez me trajo un galgo afgano. Un perro estatua. Lo recuerdo siempre lleno de cascarrias y cardillos. Para nada cariñoso. Un doberman lanudo.

• Por supuesto a mí me mintieron como al inocente niño que era. La dulce cabaretera se convirtió en una argentina millonaria cuyo padre criaba caballos de carreras en la provincia de Santa Fe, Argentina.

• A un niño le importan el cariño y los regalos. Y Doña Mercedes era pródiga en las dos cosas. 

• Como detalle siempre recordaré el cariño y delicadeza con que se trataban los ex amantes. Al estoico Don Rafael le brillaban los ojos y perfilaba un esbozo de sonrisa. 

• Que dicha inalterable al paso del tiempo. Jamás he tenido esa suerte; justo todo lo contrario.

• En su última visita vino acompañada por Paco. Su chofer y amante. Más joven, por supuesto. 

• No por este hecho dejaron de hacerse arrumacos y a las claras demostrar que habían compartido noches de satén y alcohol.

• En mis errantes devenires he perdido fotografías entrañables. Ayer, revisando archivos, apareció ésta en la plaza de toros de Las Ventas. 

• Ojalá que se hayan encontrado en el cielo bohemio de los amantes. Esos que se amaron por la belleza de llenar sus soledades de copas y azul humo al compás de orquestina de músicos cansados.

• Ojalá nos juntemos sin diferencia de edad y termines de enseñarme a bailar el tango con el porte de Al Pacino.

A mí madrina; la falsa argentina.



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