Blanco.

 Perdido en este maremágnum de canales, emisoras, redes de opinión,

dimes y diretes de baja estofa.

Con lo bonito que es el blanco: corazón blanco, trabajo, casa, camisa, pueblo blanco.

Remar por las níveas sábanas

el cuerpo de harina y algodón

de una viuda de guerra.

A los pies la vestimenta negra como flor de olvido.

Canta el grillo y el viejo reloj

danza mi corazón.

Fragante sudor sobre el blanco almidón.

Que canten los gallos

al bordón del sol

Leche de cabra, pan duro,

un beso de anís.

Sombras de fantasma

al cerrar el portón.

Siento la aldaba de la soledad despertar mi ilusión.

Pues estoy seguro

algún cabrón

vivió el hambre

del antaño aguerrido momento.

Silenció los cañones

entre los muslos blancos

de la paz.

Aquellos tiempos de pocas cosas

blancas y puras.

Rocío sobre azahar.




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