Vino pitarra en Barna
Huevos fritos, doble de patatas con alioli, palmo de butifarra blanca y una botella de tinto pitarra. Los domingos me levantaba tarde; a eso del mediodía. Me arrastraba a la ducha y me lavaba la piñata. Dos veces y con mucho enjuague. ¡Que estúpido!
Al rato con el alioli y el vino pitarra mi aliento ahuyentaria a un tigre viejo.
En el bar Ribera los habituales estibadores, cartoneros, limpiacristales comerciales ya habían saciado su poca hambre dominical y escuchaban el carrusel deportivo. La quiniela en la cartera al lado de San Pancracio.
"Jerez, dame una ramita de perejil. Que tengo mal estómago."
"Sí, sí; el estómago será."
Ya con el carajillo, cansado, me sentaba con uno de Huelva.
En sus ojos deprimidos podía ver un pueblo blanco rodeado de chumberas. Una entrada triunfal con un buga güeno lleno de regalos familiares. En el bar rondas y mas rondas de vino con camarones a la plancha. Sueños despiertos de inmigrantes sin retorno.
Me tomaba otro carajillo con el Jerez. Legionario y presidiario. En la Modelo, por aburrimiento, aprendió a cocinar cuatro cosillas.
"No son malos tiempos, maño. Siempre hacen falta estibadores; cachalotes como tu. Y si no al cartón. Al cubo y bayeta jabonosa. Para comer, tabaco, vino y pensión, da. No son malos tiempos, maño. Si hubieras conocido mis años mozos...a la Legión de cabeza para andar vestido y matar el hambre. Luego la gente se aficionó a la grifa; y viví bien. Hasta que me cazó la bofia, claro."
Sí, Jerez; sí tú supieras que nací con cuchara de plata. Pero aquí está el estilo y la ruta. La prosa canalla hija de mil putas.
Luego el recorrido rambla abajo, rambla arriba.
"Chis, chis, guapetón. Tienes lumbre" Las sirenas en los portales; gárgolas vomitando humo mentolado de caramelos envenenados.
Triste como los grises nubarrones otoñales que Colón intentaba destripar.
La llamada:
"Bien, todo bien. No, aún no ha venido del paseo con la Niebla. ¿Necesitas algo?"
No. Tengo toda la bebida y tristeza del mundo. Tengo unos libros de quinta mano y un damajuana de negra pitarra. La panadería de abajo está abierta todo el día. Coca de pimientos, porciones de pizza caliente, y bocadillos variados.
"No, no. Estoy bien, cuidaros mucho."
Y volvía a la guarida. Al transistor y el tictac del despertador.
Radio Reloj Barcelona son las siete de la mañana. Lunes 17 de noviembre. En pie famélica legión...

Comentarios