Suicidio, mal de moda.
Tristemente está de moda hablar del suicidio. Su estadística se ha disparado a cotas que se creían inalcanzables. Psiquiatras y psicólogos bucean en las oscuras razones que llevan a su ejecución voluntaria. Estudios sesudos por franjas de edad. Si no hubiera decidido vivir en mi propia historia, bajo mis propias leyes, callando las obvias inutilidades reales y abstractas de una sociedad vacía, agresiva, invasiva, intolerante; me preocuparía ese gesto liberador. Cada día me asomo al balcón del mundo con un asco nuevo, viejo pero creciente y sorpresivo. Cortina. Aislamiento. Ante la llamada, corran al rincón de pensar. Busquen su espacio personal e intransferible. No duden en pedir ayuda profesional; es lo más normal y signo de consciencia humana. En mi burbuja no entra la desidia; ni la vergüenza del rutilante vómito andante por despachos y tertulias. Escuchar el mar en una caracola; desprenderse la piel y sentir la esencia de la verdad. Mi verdad. Liberto hasta la natural muerte. Liberto y limpio de escupitajos indecentes de bocas muy bien pagadas. Os creéis a salvo...bendigo vuestro castigo futuro.



Comentarios