Sospechoso de nada.
Es muy triste. Cada uno tiene sus cosas, sus rarezas, y busca su espacio. Casi no hago vida social. Mi día es atender mis necesidades básicas y dar un paseo con Bigotes. Que me saludan, saludo; que no, pues, paso de largo. El 99'9 de la gente me es indiferente. Que se apañen...como me he apañado yo. Soy del genero tontilano y me han dado hasta en el dni. Así que es raro que me preocupe. Tengo mis preferencias secretas, porque en este pueblo, por lo general, hay buena gente. O al menos lo fingen, que ya tiene merito. Que mi enemigo sería quién osara quitarme la comida de la mano. Y lo que sobra es comida. Ahora bien. Si hay una conjunción anual, me gusta disfrutarla. Cosa que sucede con una buena conversación con gente a la que conozco de siempre. Recordamos, vislumbramos un futuro, y nos vamos, con el corazón regocijado. Al menos es mi caso. Que gente avecindada haya intentado ensuciar tu nombre es lo de menos. Los que te tienen que conocer, de sobra saben como eres y como actúas. Pues despues de una charleta amena, sigues con tu vida. Entras a un super, compras genero, y al pasar por caja, el pito de alarma salta. Y es la segunda vez. Y te dicen de forma abrupta que te cortes las etiquetas de la ropa. Y no para de pitar, y viene todo el personal. Y te miran como a un perro sarnoso.
Y se acaba la dicha. Te dan ganas de quedarte en pelotas, a ver si sigue pitando. Y nadie sabe como te llamas, ni quien eres o has sido. Solo eres sospechoso. Y me parece que muchos, en nuestro propio pueblo de nacimiento, nos hemos generalizado en un bloque humano sospechoso. Y es muy triste, pero mucho.
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