Renacer.

 El castigo de Sísifo, duro y repetitivo, puede parecer el colmo de la tortura. Trabajo inútil y pesado subir la piedra para que caiga y vuelta a empezar. Emprender un cambio radical en tu vida es duro; pero, para nada repetitivo. A cada día, a cada golpe de cincel, corresponde una emoción nueva. Aprovecharla para asegurarnos en nuestro propósito de enmienda y cambio es satisfactorio. A cada día le corresponde su afán; y, obviamente, su descubrimiento. Descubres que es absurdo denominar y etiquetar a la gente. Por muy contrario que seas, no deja de ser tu congénere. Y habrá cometido errores, como tu, incluso más graves. Te habrá perjudicado de palabra y obra, sin haber tenido constancia hasta mucho más tiempo después del que pudiera dañarte. Como coger carbones del fuego de ayer. No queman. Las difamaciones, insultos, mentiras; igual tienen mucho que ver con el hombre que cada día perfilas con sudor y alguna ácida lágrima. Sigue golpeando, no mires atrás, escoba los restos inservibles y tíralo todo a la basura. Amanece siempre como un hombre nuevo con toda la sabiduría del ayer.



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