Pesadilla



ONEIROPHOBIA: Miedo a dormirse y soñar.
Ya esto tiene que ser una fobia dura de llevar. A mí me encanta que llegue esa sensación de pesadez en los párpados, cerrar el libro, apagar la radio, y entregarse a Morfeo sin ofrecer resistencia alguna. Pero el colmo de las fobias debe ser padecer ONEIROGMOPHOBIA que significa tener miedo al soñar húmedo o sea a tener sueños sexuales.
Que afortunado soy. Ningún miedo. Al contrario. Sin ir más lejos está noche pasada he soñado estar en un salón de alegres estrellas hollywoodenses que ofrecían su cuerpo ardiente al personal presente. Ya iba a por Eva Mendes, tras Scarlett y Halle; cuando apareció el ínclito Errejón. Ahí sí que me avino un deje de terror. Venía con unos gayumbos rojos con la hoz y el martillo en amarillo. Como comprenderán el bajón, en todos los sentidos, bíblico y carnal, fue de mirar y no ver. Jopetas! Íñigo me has fastidiado el sueño. Perdona, camarada, reconozco que tengo un problema con el sexo. Los divanes rojos de terciopelo salieron volando por el balcón, junto con cojines, sábanas de negro satén, y todo el utillaje orgiástico. A t.p.c. todo el sueño.
Y va el tío y me suelta: Nos hemos quedado solos. Y empieza a emerger un periscopio considerable de sus rojos gayumbos...
En eso me despierto chascando la lengua. Gracias currantes que vais a laburar temprano. Gracias.

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