Libros
Un sueño recurrente es que los libros que leo los olvido inmediatamente. Totalmente. Así puedo disfrutar de mis escritores preferidos con virginal emoción. Vivo pasado el cementerio y el vertedero en una casa muy rara, extraña. Y me siento en una mecedora cara a Putiños y leo "Por quién doblan las campanas". O "El castillo". En el sueño, claro está, no sale trabajo alimenticio alguno, ni dolor, ni enfermedad. Desde algún balcón veo a los perros del vertedero descubrir más carne de la que pueden consumir. Fornican pero no pelean. Por supuesto todo ruido humano brilla por su ausencia. Vacío y soledad.
Más confundido y confuso que el agrimensor K me despierta el tráfico de los currantes.

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