Hay que pensar...

 Como individualista radical, odio que se roboticen  las mentes hasta convertirlas en masas no pensantes. Las redes sociales son como antiguos púlpitos desde los que subyugar a la feligresía con demagogia e inculcar un fin, un destino a las vidas vacías, no pensantes. Es igual el color, el caso es abducir a tener la misma creencia, la misma vara de medir los hechos que suceden. Se pierden raciocinios y posturas creadas por la filosófica determinación del libre albedrío. No me gustan las masas que siguen la voz de su amo. Me gustan las almas libres; los espíritus decididos a seguir su camino. No me gusta el caciquismo sobre las voluntades. El micro fascismo de los que tienen nuestro futuro en sus manos, y nos avasallan poniendo su bota sobre nuestra irrenunciable libertad. 

 A pensar toca...