El Currante
Hay personas, grandes seres humanos, que sabiendo de donde vienen y estando orgullosos, ni ocultan ni entierran nada de su personalidad. Al natural, sin artificios. Como Sabina cuando era Sabina. Antes de mexicanizarse y argentinismos sin gracia. Un castizo de la noche y el verbo. Por otra parte está la gente que echa carretadas de tierra a su origen intentando que nazcan bellas flores. Ni por esas. Su sombra siempre será la misma. Sí es que se atreven a mostrarse al sol de la verdad. Entre claroscuro de plata y oro surge el hombre altivo, orgulloso de su triunfo de sudor y esfuerzo. Es normal que la morralla se le acerque como la mancha se disuelve al acercarse al jabón. Siendo todo lo contrario, aunque orgulloso de mí fracaso y mis escombros, va por ti este canto entre la alegría de haberte conocido y la rabia por el mundo que nos dio cobijo.
Así sea.
Pintura de Gabriela García, Argentina.
"El herrero".
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