Concubio y rubicán
En mi concubio temprano, tras mi oración de despedida:
cristiana, budista,cubista y futurista; espero al reparador sueño.
La reflexión filosófica en la oscuridad rota por el faro de aromática vela, me lleva y me trae por mares de fieros tiburones y pacíficas tortugas.
¡Que sí que no! Que tu no me quieres como te quiero yo.
¡Son tantos los yos que en mi murieron!
¡Tantas las caídas como los levantamientos!
¡Lágrimas! Tantas como gotas del bíblico diluvio!
Y ahora la paz del que sólo espera la luz del lubricán diario.
Sea.

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