Barrios.


 Un apunte, tirando a humilde reflexión. 

A principios de los años 80 por mi servicio militar, por cosas del azar, curiosidad, conocí el mundo delincuencial del extrarradio de Madrid. Acompañado por un colega, claro. No voy a ser un gil o tolai de darme un voltio por la UVA, Entrevías, El Pozo, Vallecas; sin un escudero autóctono. 

Laureano, era un chaval de la calle. Íbamos a su casa (su madre vivía separada de un policía) a ducharnos, cambiarnos, y salir al parque a beber litronas y fumar unos canutos. Su hermana tenía su grupo de amigas; y el vacile estaba asegurado. Era común pagar a un pibe para que te vigilara el buga. Ese mismo pibe te ofrecía diversos artículos: tate, loros, ajos, lumis de confianza, y hasta bocadillos de atún con tómate que preparaba su madre. Estuve en el punto exacto donde le dieron matarile al Jaro, delincuente de 16 años al que en un robo frustrado apiolaron de un tiro de escopeta. Laureano, conocía a toda la basca. Era respetado. Aparte de ser paraca, había echado a ostias a su padre de casa. Por borde y maltratador. Estuvo en Épila. Se quedó deslumbrado total. Hizo sus bisnes, bebió, bailó, y a las 12, estaba sobando en el coche. Es que Épila en el 81 era total. 

A las 12 del domingo ya estábamos otra vez en marcha. Cerveza, canuto mañanero, y los Leño sonando. Mi madre preparó una comida de fiesta. Luego una siesta. Y vuelta a empezar con las calles a rebosar. En la madrugada del lunes, en el viaje de regreso al cuartel, no paraba de decir la marcha que había disfrutado. En silencio; lo comprendía. En los barrios marcados de Madrid, la chavalería envejecía y se maleaba a golpe de precariedad y urgencia. "Búscate la guay...la comida, alquiler, dinero de bolsillo para vicios. Y en Épila se trabajaba y la oferta de ocio era para todos los gustos y colores.

Ayer asesinaron a un pibe de 18. Le seguían los pasos por sufrir incapacidad mental. 4 mojadas por la espalda. Huyeron en patinete eléctrico. No en un 1430 FU 1800 con un saco de cemento mojado en el maletero para que no culeé escapando de la madera. No. En patinete eléctrico. Ridículo, no. 

Me pasa a mí y me desangro de la risa.

En Galicia mataron a otro joven. En manada como perros salvajes matan a un león en África. Dicen que por grabarlos, ser gay, por un juego...

Ibiza, refugio gay por excelencia, en 8 años, no he visto una agresión homófoba. Ni una manifestación por derechos, ni nada. Eran como tú, como yo, como todos. A lo mejor con más dinero, y te invitaban a una copa en Pachá. Nada más. Respeto, igualdad, y cada mochuelo a su olivo. 

Internet tiene cosas buenas, sin duda. Pero también es el ojo y la voz que suelta mucho vómito resentido. 

Cuidado.

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