Najwa
Es un crimen querer vivir en mi rincón/desertar del sol y las flores primaverales
para vivir en tus ojos de niña mala y sentir tu quebrada voz atravesando mi silencio
Es un crimen vivir con mis telarañas en las viejas vigas cuando las arañas construyen mi constelación de negras estrellas.
Las ojeras son mi arco iris de vida en la penumbra/los kilos de masa muscular se van sin decir adiós a los fuertes huesos/verdadero andamiaje de mi presencia.
Es un crimen vivir de los despojos/ataviado con harapos de sombra/despertar de sueños en blanco y negro sobre perdidas e inundaciones de territorios reconquistados sin un grito de violencia
Seguro que es un dulce crimen suspirar por tu cálido aliento en mi nuca/ subir el volumen hasta sentir la caricia de tus manos llenas de plumas de mirlos negros
desear tus flacas piernas embutidas en desgarradas medias de tinta oscura
con que escribes tus canciones
Un crimen perderse en tus ojos como aljibes ocultos bajo la arena del desierto sediento
del caminante perdido en la noche buscando cometer crímenes sin castigo
pequeñas emociones complices del suspiro por tus huesos, carne, sexo, alma de saxo tenor
en las esquinas de mi esperanza vestida de negro para ti
Despelleja me con tu voz, te permito ese crimen, nadie te pedirá cuentas
solo recojerá mis fragmentos del suelo
para volverlos a formar con un conjuro simple:
Despierta, despierta, abre los ojos.
para vivir en tus ojos de niña mala y sentir tu quebrada voz atravesando mi silencio
Es un crimen vivir con mis telarañas en las viejas vigas cuando las arañas construyen mi constelación de negras estrellas.
Las ojeras son mi arco iris de vida en la penumbra/los kilos de masa muscular se van sin decir adiós a los fuertes huesos/verdadero andamiaje de mi presencia.
Es un crimen vivir de los despojos/ataviado con harapos de sombra/despertar de sueños en blanco y negro sobre perdidas e inundaciones de territorios reconquistados sin un grito de violencia
Seguro que es un dulce crimen suspirar por tu cálido aliento en mi nuca/ subir el volumen hasta sentir la caricia de tus manos llenas de plumas de mirlos negros
desear tus flacas piernas embutidas en desgarradas medias de tinta oscura
con que escribes tus canciones
Un crimen perderse en tus ojos como aljibes ocultos bajo la arena del desierto sediento
del caminante perdido en la noche buscando cometer crímenes sin castigo
pequeñas emociones complices del suspiro por tus huesos, carne, sexo, alma de saxo tenor
en las esquinas de mi esperanza vestida de negro para ti
Despelleja me con tu voz, te permito ese crimen, nadie te pedirá cuentas
solo recojerá mis fragmentos del suelo
para volverlos a formar con un conjuro simple:
Despierta, despierta, abre los ojos.
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