La herencia de Buk

Han pasado casi quince años desde que el viejo indecente escribiera sus últimas palabras. Escritor prolífico e incansable, dejo un armario lleno de poemas y manuscritos inéditos. Hoy víspera del puente del Pilar, al salir malhumorado del supermercado, la visita sabatina a la papeleria donde me guardan el periódico EL País me proporciona un relajo necesario despues de la visión terrorífica del consumismo capitalista. Rebusco en sus estanterías buscando la sorpresa de la semana, y hay estaba sobre la mesa, sin colocar a la venta, ya es mio. El viejo Buk me rescatara las dos noches que me quedan de guardia en la planta. No tengo la mínima duda sobre el placer que me proporcionará, aún estando en época de ley seca, sus palabras, me salvarán por unas horas de un mundo vulgar, correoso y sin gracia. Ya os contaré....