NO ME ARREPIENTO DE MI MAYOR ERROR


Veinticinco años han pasado desde aquella tarde que el Clapton abrió sus puertas. Mi mayor error, pero me dió la lección suprema: el conocimiento de mi naturaleza. Creí construir mi paraiso en la tierra, y abrí las puertas del infierno. Tuve que desertar para no ser atrapado, aniquilado y engullido. Dura lección. Pero a veces, tus deseos se cumplen, no todos, claro, pero una gran parte de ellos. Ahí está, Carlos ha sabido llevar el timón, y espero que sus puertas sigan abriendo muchos años. Salud y suerte a todos los claptoneros.

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