Los hikikomori

No me invento palabras, hikikomori es una palabra japonesa para denominar una moda juvenil. Su traducción al castellano sería solteros parásitos; jóvenes que se encierran en sus habitaciones a cal y canto rodeados de alta tecnología. Son al menos un millón. Duermen de día, para llenar las noches viendo tv satélite, o conectados a Internet pero sin relación alguna con el resto de internautas. Para mi desgracia, creo que fui precursor de esta moda adelantando me por lo menos 20 años. Recuerdo cuando dormía de día, no hablaba con nadie, y me pasaba las noches viendo antiguas películas grabadas del bar. También oía, como ahora, radio 3 o rne2 clásica. Afortunadamente no había Internet, pues de haberlo, creo que no hubiera salido nunca. El record creo que fue de cinco meses. Mariano Modrego, decía, que me adelantaba a mi tiempo. Y no sabe lo aburrido que eso significa. Me cuenta una tórtola que, un grupo de no tan jóvenes epilenses, han formado una banda de moteros al mas puro estilo "Harley". Pañuelos, chupas de cuero, botas, me parece perfecto, mejor que jugar cartas y envenenarse en los bares, lugares por cierto, prestos a desaparecer. Cuando en el 88 aparecía con mi Ducati Indiana, era el fantasma de turno, hasta Labordeta me llamo americano. Darle gas, cabalgar metálicas monturas, y al que le pique, una buena petardada. La vida es para vivirla y de ella solo nos llevaremos la propina de nuestro vicio. Sano vicio, claro. Mejor que el millón de japoneses viviendo como murciélagos, y eso que eran el ejemplo a seguir. Todo imperio tiene su caída: egipcio, romano, español, americano, japones, todos acaban por derrumbarse. Alegría, gasolina y melenas al viento.
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