EL BUEN SALVAJE
Después de haber sido feliz durante unos días, viene el dolor, las ganas de pasear mi desencanto bebiendo como un desesperado. Despierto en la más total desvergüenza: el móvil con el saldo agotado de llamadas inadecuadas y, casi siempre, insultantes. La ropa rota o llena de barro, la cartera vacia, y ganas de desaparecer. Pero hay que seguir, que remedio, valiente no es uno, como para quitarse de enmedio. No golpeo, ofendo pero sin hacer daño, todos conocen mi vida, y no me toman en cuenta mis desvarios. Lo más jodido es no envidiar la vida de nadie, nadie conocido, claro. Todas vidas conocidas me parecen absurdas, ergo, seguire con mi loca vida. Erratica, sin sentido, pero mia. Que me perdonen los defraudados, no tengo madera de heroe, solo de desarraigado. El eco de mis pasos por este cruel mundo espero que sea como los pies de un bailarin borracho y viejo.
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