Los invisibles.

 Dejamos las alas guardadas con la ropa de invierno. 

Pero encendemos ventiladores. 

Cerveza fría, gazpacho, ensalada rusa

para unas entrañas de puro hielo. 

Los galgos vagabundos husmean sin descanso.

Buscan comida mis hermanos lucharniegos

como yo libertad y paz. 

Extraños buscando un techo

mantienen la mirada con dignidad

aferrados a sus hijos. 

En la televisión sufrimos por los refugiados 

pero en nuestra calle

volvemos la cara

a la mala suerte.

Están vivos

ahí 

para recoger la fruta o mil dolidos trabajos.

Vagan por la geografía.

Como los galgos

buscando la oportunidad del día. 

No insultes su dolor.

Pues si lo haces.

Desde este momento 

te maldigo.




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